ALTERACIONES CUTÁNEAS NORMALES EN BEBÉS QUE NO DEBEN PREOCUPARNOS

La semana pasada colgamos un post sobre los 10 cuidados básicos de la piel del recién nacido. Esta semana continuaremos hablando del recién nacido y de otra "regla de los 10". Y es que cualquier alteración en la piel del recién nacido puede constituir un motivo de preocupación para los padres. Resulta por tanto muy interesante conocer ciertas alteraciones cutáneas frecuentes (y en ocasiones llamativas) pero sin ninguna repercusión para el bebé, con el fin de evitar preocupaciones innecesarias. Todas ellas tienen en común la tendencia a la desaparición espontánea en un tiempo variable, sin necesidad de tratamientos específicos. No obstante, ante cualquier duda, o si el niño comienza con malestar o fiebre, deberemos acudir al pediatra para valoración del bebé.

1) Acné neonatal. Aparece en las 2 o 3 primeras semanas de vida, y se manifiesta en forma de “granitos” rojos y blanquecinos (con contenido purulento) de pequeño tamaño localizados fundamentalmente en las mejillas, aunque pueden encontrarse distribuidos en algunos bebés por toda la cara. Resuelve espontáneamente, y no es necesaria la realización de ningún tratamiento. No debe confundirse con el acné del lactante, el cual debuta más tarde, a los 2-3 meses de vida, y que a diferencia del acné neonatal muestra, además de los típicos “granitos” rojizos y purulentos, otro tipo de lesiones que lo asemejan al acné de los adolescentes, como los “puntos negros” (comedones abiertos) y “puntos blancos” (comedones cerrados). Este acné puede ser persistente y dejar cicatriz, por lo que suele pautarse tratamiento tópico con diversos agentes como el peróxido de benzoilo, eritromicina o la tretinoína. Sólo en casos graves se recurre a antibióticos orales.
 
2) Alopecia occipital. Es común la aparición, a los 2-3 meses de vida, de una zona bien delimitada sin pelo en la zona de la nuca. Tradicionalmente se ha atribuido a la fricción repetida de la cabeza con el colchón, aunque estudios más actuales apuntan otros factores. Llegado el año de vida, esta zona aparece repoblada completamente en la gran mayoría de lactantes.
 
3) Falsa uña encarnada. De modo similar a la "verdadera" uña encarnada que aparece en los adultos, la piel adyacente a la uña crece por exceso y engloba los márgenes superiores de la uña. No necesita tratamiento, ya que se autocorrige en semanas/meses.
 
4) Secreción o pequeño sangrado vaginal en niñas, por el paso de ciertas hormonas maternas a través de la placenta. Al igual que las alteraciones previas, desaparece en unas cuantas semanas.
 
5) Costra láctea (o dermatitis seborreica del lactante), caracterizada por gruesas escamas blanquecinas o amarillentas en cuero cabelludo que no provocan molestias en el bebé. Es importante destacar que no ocurre por malos hábitos higiénicos y que no es en absoluto contagiosa. Existe un variado número de productos, geles o champús, que facilitan su desprendimiento.
 
6) El engrosamiento de la zona media del labio superior, comúnmente conocido como "callo de succión", es un hallazgo curioso que ocurre en bebés que succionan con mucha fuerza y ocurre de forma reactiva a la fricción repetida. Tampoco precisa ningún tratamiento, pues se corrige de forma espontánea pasados 3-6 meses de vida.
 
7) Igualmente, pero en este caso debido a una succión vigorosa intrauterina, pueden verse ampollas tensas en el dorso de manos o antebrazos. Se denominan ampollas por succión. Son lesiones únicas, sin inflamación en la base ni otros datos asociados.
 
8) Rojeces "intermitentes" faciales, no indican ninguna patología ni "alergias". Simplemente aparecen de forma secundaria a la inmadurez de la piel del recién nacido, que hace que la respuesta a ciertos estímulos externos no sea tan eficaz como en el adulto. Pueden ser más llamativas en el bebé prematuro, pero tanto en éstos como en los recién nacidos a término, van desapareciendo paulatinamente conforme las células que componen la piel van madurando.
 
9) Hiperplasias sebáceas. Son fáciles de distinguir del acné neonatal que hemos mencionado al principio, ya que a diferencia de éste, se caracteriza por la presencia de pequeñas lesiones de tamaño de una cabeza de alfiler, amarillentas, en mejillas, labio superior y nariz.
 
10) En un gran porcentaje de bebés es habitual observar una descamación en muñecas, dorso de manos y pies, rodillas, e incluso también en tórax, al primer o segundo día de vida. Es un proceso completamente fisiológico, que no corresponde a ninguna dermatitis, y que desaparece en tres o cuatro semanas de vida.


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