OTRA VEZ ... ¡¡TENGO PIOJOS!!

No es raro ver en consulta padres que comentan lo difícil que es erradicar los piojos del cuero cabelludo de sus hijos, o la facilidad con la que éstos se reinfectan, de tal manera que parece casi imposible pasar largas temporadas libres de estos insectos.

La infestación por piojos se sospecha por el picor (que condiciona un importante rascado), aunque la intensidad varía entre pacientes. Los sitios clásicos donde debemos buscarlos son detrás y encima de las orejas y en la nuca. A diferencia de la “caspa”, que fácilmente se desprende del pelo, las liendres o “huevos” aparecen como pequeñas partículas blanquecinas muy adheridas al pelo, normalmente cerca de su nacimiento.  En casos evolucionados, es posible incluso ver el piojo adulto.

En muchos países occidentales estamos asistiendo a un aumento de la resistencia de los piojos a los tratamientos habituales, como la permetrina (en loción o en champú).  Alternativas válidas pueden ser el malathion, la dimeticona e incluso la ivermectina oral o tópica y el cotrimoxazol (antibiótico que se utiliza también para infecciones a otros niveles) en casos más complejos.  A continuación, resumiré unas normas básicas para el tratamiento y prevención de la infestación por piojos:

1.- Siempre se debe tratar la infestación por piojos, no sólo para detener el picor asociado y evitar la transmisión a terceros, sino también porque el rascado continuo que condicionan puede abrir una puerta de entrada en la piel y favorecer infecciones bacterianas secundarias.

2.- Es falso que los piojos salten de cabeza a cabeza o vuelen. Los piojos se transmiten por el contacto directo cabeza-cabeza o a través de ciertos enseres cotidianos. Por ello, es básico evitar el intercambio de cepillos y accesorios del pelo (gorros, horquillas, diademas, etc) ya que éstos favorecen la transmisión de los piojos, especialmente entre niñas.

3.- Es fundamental el uso de liendrera (peine de púas muy finas) junto con el tratamiento pediculicida, preferentemente con el pelo humedecido, tras la aplicación de acondicionador. Debe cepillarse minuciosamente el pelo de la raíz a las puntas, unos 20-30 minutos, una o dos veces al día, hasta dos semanas después de que ya no se observen piojos.

4.- Es conveniente lavar la ropa del niño (tanto la de cama como la de vestir) en agua caliente para destruir estos insectos, pues pueden permanecer vivos fuera del cuero cabelludo durante unas horas.  Si esto no es posible, en relación a ropa delicada, se recomienda el lavado en seco o guardar la ropa en una bolsa cerrada durante al menos 7 días.

5.- Si el niño acude a sitios donde se prevee un contacto más mantenido con muchos niños, como por ejemplo en los campamentos, pueden resultar útiles el uso de lociones repelentes.

6.- El niño que tiene piojos puede acudir a la escuela perfectamente. El no hacerlo, sería convertirle en un “bicho raro”. Sí debemos tratarlo inmediatamente y enseñarle ciertas conductas que he comentado previamente, como no ponerse prendas de otros niños sobre su cabeza.

7.- No es necesario desinfectar a las mascotas si ha habido en casa casos de piojos en niños y/o adultos. Los piojos de la cabeza sólo afectan al ser humano (desde hace miles de años!!!). Un dato curioso: en el pelo de momias egipcias y peruanas se han encontrado liendres.

Por último, sólo recordar que es fundamental la revisión periódica del cuero cabelludo de nuestros hijos durante el periodo escolar, para detectar y tratar de forma temprana la infestación por piojos, antes de que sea más extensa.

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