¿QUÉ HACER CON LOS NEVUS MELANOCÍTICOS CONGÉNITOS? ¿OBSERVAR O EXTIRPAR?
Los nevus (“lunares”) melanocíticos congénitos son una clase especial de lunares que ya están presentes desde el nacimiento. Normalmente son algo más irregulares que los nevus que van apareciendo en edades posteriores de la vida, y pueden tener tamaños muy variados. Clásicamente se dividen en pequeños (<1.5 cm), medianos (1.5-20 cm) y grandes (>20 cm). El motivo de revisar estos lunares es que llevan ímplicito un potencial riesgo de malignización (a melanoma), aunque a continuación haremos algunas consideraciones importantes a este respecto, que nos pondrán en mejor posición a la hora de decidir si estas lesiones deben ser observadas o extirpadas:
1.- Recientes estudios estiman que el riesgo de malignización de los nevus congénitos es mucho menor de lo que se creía previamente (se estima que en la actualidad es aproximadamente de un 0,7%; en el subgrupo de los nevus congénitos de gran tamaño el riesgo es más alto, sobre todo para los localizados en línea media de espalda), por lo que la observación y seguimiento periódico por un dermatólogo será suficiente en la mayoría de casos. Además, hoy en día disponemos de técnicas como la dermatoscopia digital que permite grabar imágenes y monitorizar de forma más estricta posibles cambios en lesiones complejas.
2.- Es normal un cierto crecimiento de estas lesiones, pero siempre va proporcional al crecimiento del niño. No obstante, si existe un cambio brusco (como cambio de coloración, aumento de tamaño brusco, o desarrollo de “bultitos” o nódulos), la extirpación es obligada para descartar la posibilidad de malignización de la lesión, de forma análoga a lo que sucede en los lunares que aparecen en los adultos.
3.- Muchos pacientes y/o familiares optan por la extirpación del nevus, en numerosas ocasiones para evitar tener que controlar la lesión y minimizar el riesgo de malignización o por la localización de la lesión, especialmente la facial, que puede afectar la socialización del niño en el colegio. El resultado cosmético suele ser satisfactorio en la mayoría de pacientes, pero conviene tener en mente la posible cicatrización anómala, así como el riesgo de queloides o cicatrices hipertróficas.
4.- Así, a la hora de decidir si observamos o extirpamos estas lesiones, debemos tener en cuentas todas estas consideraciones (tamaño, localización y tipo de nevus congénito, edad del paciente, etc). La decisión será individualizada para cada paciente, teniendo por supuesto muy en cuenta las preferencias de los familiares y del propio paciente.
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